Siluetazo 2022

 El 21 de septiembre de 1983, por iniciativa de un grupo de artistas, grupos estudiantiles y agrupaciones juveniles, y con el apoyo de los organismos de Derechos Humanos, los manifestantes comenzaron a delinear sus siluetas en afiches, que luego instalaron en las inmediaciones de la plaza. Prestaron sus cuerpos para convocar a aquellos que el terror estatal había desaparecido: las siluetas buscaban representar la presencia de los desaparecidos y cuestionar a la dictadura militar desde el arte. 

Las figuras humanas, de tamaño natural, se extendieron de la Plaza de Mayo a toda la ciudad. Desde ese momento, se transformaron en uno de los emblemas del reclamo por la memoria, la verdad y la justicia, y constituyen parte del repertorio simbólico de distintas movilizaciones sociales y políticas.













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